GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ
Y LA EDUCACIÓN
POR UN PAÍS AL ALCANCE
DE LOS NIÑOS
Gloria Bejarano C.
Panamá Octubre 31 de 2012
Colombia y Panamá celebran los 30 años del Nobel de Literatura con una
agenda cultural inspirada en su obra; en México su segunda patria celebran con
gran despliegue y seguramente en muchos otros lugares con encuentros de
escritores/as, notas de prensa y múltiples manifestaciones. Ocurren muchos hechos
y comentarios, muy poco o nada he visto sobre la relación de García Márquez con
la educación.
Como mi referencia más cercana con el Nobel gira alrededor de la
educación, me permito tocar este tema desde mi experiencia personal y
educativa. Desde mi adolescencia acostumbro dormir los libros que estoy leyendo
a mi lado (quienes lo hacemos tenemos la esperanza de que sus historias se
cuelen en nuestros sueños). GGM ha estado con su obra una y otra vez en esa pila
de libros de mi mesita de luz.
En el año 1979 cuando tuve la oportunidad de hablar con él en Casa de Las
Américas, le conté sobre mis sueños de educadora y mi recién iniciada aventura
pedagógica; con esa sonrisa suya me dijo “Gloria
tu eres una audaz”, no lo había pensado pero desde ese día creí seriamente
en mi audacia. Años después en 1996 estando
New York me llegó un mensaje urgente anunciando un encuentro con García Márquez
en Bogotá, era una reunión con la entonces Ministra de Educación Maria Emma
Mejía, quien le había sugerido a Gabo mi nombre y el de la Fundación Rafael
Pombo para la realización de un proyecto con niños y niñas en Aracataca su tierra natal. Fue un encuentro realmente importante para
nuestra experiencia educativa. Ese día nos comentó: Yo no tenía relación con la educación, era periodista, pero cuando participé en la “Misión de los
sabios” descubrí ese tesoro. A los 70 años vine a entender lo que significa la
educación. Sin duda él, maestro de
la vida, ya había ingresado, en esa amplia esfera de la educación donde ocurre
un dialogo libre de esos formalismos que ahogan la compleja aventura de SER
HUMANO.
Cuando discutíamos el sentido del proyecto educativo-cultural de
Aracataca, nos dijo algo en lo yo estaba muy de acuerdo: No se trata de enseñar, lo importante es descubrir el talento de los
niños y niñas, que sea una
oportunidad para las escuelas del pueblo y las veredas campesinas. Su deseo fue un mandato. Tal como lo hacíamos
en Bogotá, ocurría en “Macondo”, cada mes llegábamos dos o tres talleristas a
trabajar por una semana. La casa natal de GGM convertida regularmente en museo
para visitantes, se transformaba, en un
laboratorio de creatividad; Esta revolución era un dolor de cabeza para su
director, los “pelaos” bulliciosos entraban
y salían todo el día, llegaban de las escuelas vecinas, a pintar, escuchar y
contar historias, a leer, a ver cine y a jugar a hacer cine, teatro, música, se
tomaron las casa, las calles del pueblo y la estación de ferrocarril.
Por dos años trabajamos en Aracataca, viajando por las bananeras,
tratando de re crear imágenes de Cien
años de soledad, efectivamente allí en la esquina, a media cuadra de la
casa de Gabo, estaba la botica donde ocurrían las reuniones políticas, en la
otra esquina vivía la señora Bella, esposa de militar venezolano exiliado con
sus 90 años y su venta de dulces de colores; nos hospedaba la señora Dilia Todaro,
de origen italiano que nos evocó la presencia de Pietro Crespi. En el patio de la casa encontramos “el árbol de los Buendía” allí escuchamos
la conferencia de un estudiante Sudafricano que viajó hasta Aracataca para
documentar su tesis, un análisis comparativo entre Cien años de soledad y El
Lazarillo de Tormes.
En el año 2006 cuando llegamos a Ciudad del Saber, con el proyecto de La
Fundación Casa Taller como Centro Internacional para el Desarrollo del
Pensamiento Creativo, expresé mi deseo de trabajar cerca de “El Árbol de Los Buendía” ese centenario
Corotú, que nos cobija en la hora de cuento, o en la alegría de un concierto.
Los autores y su obra literaria se tejen con los acontecimientos de la vida
y pasan a ser parte de nuestra existencia; a medida que leemos vamos
relacionando, asimilando e incorporando lo que nos ofrece la literatura. GGM también nos ha entregado textos sobre la
educación, que son un alto obligado para reflexionar sobre el sentido de nuestra
educación: Al recibir el premio Nobel, su discurso pone sobre el tapete la
realidad de nuestra América. Más tarde 1996,
como comisionado de la MISIÓN DE LOS SABIOS, en el informe de la misión de
Ciencia, Educación y Desarrollo nos entregó su proclama POR UN PAÍS AL ALCANCE DE LOS NIÑOS[1]. En el II documento de este mismo
informe encontramos su MANUAL PARA SER NIÑOS.
Hoy pienso que un homenaje a GGM, es aprovechar sus textos para Pensar en
NUESTRA EDUCACIÓN. La gran paradoja
de nuestro quehacer educativo es que por la urgencia de “hacer la tarea” y
“resolver” en lo económico no logramos hacer un alto para PENSAR. Sabemos que nuestro sistema educativo va a la
deriva, pero aturdidos como estamos por los acelerados cambios del siglo, no
logramos encontrar respuesta para una educación que flota en un mar saturado por la maraña de soluciones de corte neoliberal, donde
la calidad se mide por la apropiación de instrumentos, la efectividad se
anuncia en cifras, y la creatividad es sinónimo de la ingeniosa capacidad de
vender. El espejismo de la salida fácil nos hace creer que la transformación
educativa ocurre con medidas cosméticas, ingeniosos concursos, o frases repetidas en un discurso.
GGM nos muestra lo que no estamos viendo: Que más allá de la salida fácil
requerimos una educación con visión de país; que es necesario saber de dónde
venimos, cómo somos, para donde vamos. Preguntarnos cuál es nuestro proyecto de
país. Un grupo de científicos acaba de entregarnos un estudio sobre el genoma panameño[2], buen principio para iniciar un camino hacia el conocimiento de nuestra
realidad.
Creo que una lectura menos
local y más latinoamericana estos textos de GGM, nos permite reflexionar sobre
NUESTRA EDUCACIÓN, podemos hacerlo de manera honesta, aceptando que por acción
u omisión, día a día cultivamos “…un
sistema que nos incita a vivir como ricos… y nos condena a la
esclavitud del consumo. Un sistema que nos vende “una noción instantánea y resbaladiza de la felicidad: queremos
siempre un poco más de lo que ya tenemos, más y más de lo que parecía
imposible, mucho más de lo que cabe dentro de la ley, y lo conseguimos como
sea: aun contra la ley…. somos dos países a la vez: uno en el papel y otro en
la realidad.
Queda abierta la puerta
para dialogar para poner la
cara ante nuestra realidad, para atrevernos a pensar, y como dice GGM, aceptar
el reto de lograr…Una educación, desde la cuna hasta la tumba, que incluya a todos los niños y
niñas del país, y no deje
regados a los adolescentes en el camino. Una
educación,… inconforme y reflexiva, que nos inspire un nuevo modo de pensar
y nos incite a descubrir quiénes somos en una sociedad que se quiera más a sí
misma.
…Que
integre las ciencias y las artes a la canasta familiar, de acuerdo con los
designios de un gran poeta de nuestro tiempo que pidió no seguir amándolas por
separado como a dos hermanas enemigas.
…Que
canalice hacia la vida la inmensa energía creadora que durante siglos hemos
despilfarrado en la depredación y la violencia, y nos abra al fin la segunda
oportunidad sobre la tierra que no tuvo la estirpe desgraciada del coronel
Aureliano Buendía. Por el país próspero y justo que soñamos: AL ALCANCE DE LOS
NIÑOS