Continuando nuestra reflexión hoy quiero referirme a una realidad que nos preocupa y nos ocupa: La ausencia de lectura creativa en la escuela causa de muchas fallas en esa ruta educativa que va del preescolar a la universidad y continua a lo largo de nuestra vida.
¿Por qué los niños y niñas que ya
“saben” leer en la escuela, son cada vez menos creativos?
Esta pregunta comenzó a tallarnos cuando
comenzamos a trabajar con grupos escolares en un proyecto de creatividad y
juego, informática y ambientes colaborativos [1]. Si bien
nuestra preocupación inicial se enfocaba en los niños y niñas que no sabían
leer, muy pronto la realidad nos enseñó
que estábamos equivocados por que en esta experiencia educativa de pensamiento
creativo, los niños/as que no “sabían leer”, eran quienes disfrutaban
plenamente de su fantasía, se arriesgan a pensar, imaginar y transformar con el
juego creativo; además observamos que
realizaban sus propias lecturas libremente frente a un computador. La experiencia nos llevó a confirmar
que los niños/as que ya “saben”
leer en la escuela, entran a un mundo limitado de representación literal que
nos les permite “leer entre líneas”
Sin duda teníamos entre manos la gran paradoja de la educación escolar: “Leer significa paralizar la creatividad.” Esta
realidad va de la mano, con los
comentarios reiterados en el ámbito educativo: ¿Por qué los niños y niñas
pierden su frescura al llegar a la escuela? ¿Por qué sus dibujos se tornan
rígidos, se afanan por copiar modelos, ya no cantan y saltan como lo hacían en
su casa o en el preescolar? ¿Por qué se cuidan de hacer preguntas y comentarios
y se autocensuran? Parece que su sensibilidad
reacciona de la misma manera que los animales de la selva que interrumpen su
magnífico concierto de vida en cuanto sienten que el pie humano ha tocado su
territorio. ¿Qué fuerza inhibitoria logra que su expresión se silencie? ¿Por
qué ya no juegan como antes?
La respuesta
a estas preguntas quizás se encuentre en la misma vida cotidiana, en la
dinámica social y en el ambiente escolar. Todo está confabulado: al llegar a la
escuela los juegos dejan de ser juegos para convertirse en herramientas
didácticas. El otro juego, el verdadero juego
- juego [2]
solo tiene licencia en el tiempo de recreo. En la escuela prima la calificación, el
visto bueno de la maestra, el temor a la equivocación, la preocupación por
falta de concentración, o el “síndrome
de atención dispersa” como se dice con tanta facilidad. De forma paralela y con coordenadas similares,
ocurre el aprendizaje de la lectura.
En general todos/as, niños y niñas de los
diferentes grupos sociales, sienten este impacto al ingresar a la escuela. Gianni
Rodari al referirse a la realidad escolar dice: “No hay que
sorprenderse, por lo tanto, si la imaginación en nuestras escuelas, es
tratada todavía como pariente pobre, con ventaja total a favor de la atención
y de la memoria; si escuchar pacientemente y recordar escrupulosamente
constituyen aún las características del alumno modelo, que es en definitiva más
cómodo y manejable.” [i]
Basta con echar una ojeada a la dinámica escolar para entender que
imaginación y creatividad todavía permanecen en el mundo de lo invisible. A
finales del milenio el mundo educativo no ha logrado quitarse el yugo de la repetición, todavía “los
alumnos deben memorizar sus lecciones y “regurgitarlas” frente al maestro.” [ii]
El sistema afecta a todos/as los niños/as. En
los grupos de clase media y alta, muy pronto se ven agobiados por cerro de
textos y un sinnúmero de deberes que los llevan a dejar a un lado su interés
principal: Descubrir el mundo en el que viven, apropiarlo y participar en su
transformación. Vemos con preocupación que ese
gran deseo por llegar a la escuela,
muy pronto se transforma en resistencia.
El impacto de la escuela, se conjuga con propuestas paralelas, en su
mayoría estos niños/as tienen oportunidades que les brinda la vida (el medio
familiar, viajes, juegos, actividades extra escolares, tecnología...) de esta
manera logran construir un tejido entre su vida extraescolar y el régimen
escolar; aún así pesa sobre el sistema una mala calificación en aspectos tan
sensibles como la lectura y el pensamiento matemático.
Otro es el cantar para los niños y niñas de
las clases populares que por regla general “no aprenden a leer y escribir”;
sabemos que para ellos/as las dificultades son mayores; nada de lo encuentran en la escuela
corresponde a su mundo, Regina Leite en
su conferencia “Aprender Desaprendiendo” dice: “es claro que estos niños/as ya
entran en desventaja a la escuela, pues traen dentro de su bagaje un auto concepto
negativo, que se fue construyendo desde que nacieron, aún antes de
nacer...” El régimen escolar tampoco
les ayuda a reconocer sus potencialidades; por el contrario, la censura
permanente, las dificultades económicas, el énfasis en lo que no pueden hacer,
y la negación de su cultura, ahogan toda posibilidad de autonomía y de
confianza. “El ingreso a la escuela es vivido como una mezcla de placer y
miedo; placer por haber conseguido entrar al mundo deseado de la escuela, y
miedo por lo desconocido que deberán
enfrentar. Viven un verdadero ritual de paso.” [iii]
En este marco, encontramos que la
lectura es una obligación para unos y
otros. Es un ejercicio que nada tiene que ver con sus intereses más cercanos y
ni con los acontecimientos de su vida cotidiana. La vida de la escuela por lo general, transcurre
por fuera los códigos de ese mundo extra escolar donde se aprende con ritmos acelerados, con
imágenes, símbolos y lenguajes totalmente diferentes; lo vemos en la TV, la redes
de internet, el cine, los medios de transporte y comunicación. ¿Si lo que se le
ofrece a los niños y niñas no tiene que ver con su vida, no significa una
aventura, ni una emoción, ¿cómo esperar que se conviertan en lectores
creativos?
Gloria Bejarano C
Directora Casa Taller
[1] Bejarano Gloria. LUDOMÁTICA, Ambientes
lúdicos creativos y colaborativos con el apoyo de informática”. para niños en
edad escolar, en especial aquellos que pertenecen al programa de protección
especial. Proyecto adelantado por La Fundación Rafael Pombo, la Universidad de
los Andes, El Instituto Colombiano de Bienestar Familiar ICBF. Colciencias. 1997-2000
[2] Montes Graciela.
1999 La frontera indómita. El juego- juego es el juego no domesticado, no
utilizado
BIBLIOGRAFÍA
[i] GIANNI RODARI 1973.
Gramática de la fantasía. Introducción al arte de contar historias 2º edición.
Ediciones Textos de Bronce. Barcelona
[ii] MANGUEL ALBERTO.1996 Una Historia de la
lectura. 1º edición en castellano Editorial Norma Santa Fe de Bogotá
Colombia 1999
nº
5 Julio 1990 Bogotá.